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Poemas mejor votados desde Noviembre 21

poema

EL REY DEL ECO

EL REY DEL ECO

Desde la altura de un nido de cóndor abandonado,
un poeta levanta su vuelo de tinta y orgullo.
Sus palabras—abrigadas en lana de alpaca fina—
son espejos que buscan… buscan su propio reflejo…
en la neblina.

Con aire de canciller de un reino que nadie ve,
entroniza su silla de madera mordida por el tiempo.
Cree que el arte es un feudo que solo él gobierna,
mientras decora su salón con laureles ya secos,
Y el polvo… como en la cocina de mi abuela,
le recuerda que todo se gasta.

La pluma en su mano no escribe, se admira,
dibujando elegías a su propio nombre.
Los colores del atardecer le claman,
pero él prefiere el eco de su voz voz ozz
rebotando en las paredes.
Tan solo el vacío.

Se burla del que no ostenta medallas extranjeras,
con la sombra de un título torcido en un marco barato.
Se proclama testigo de lo asombroso,
pero apenas roza bordes de su propia angustia.

Oh, cantor de ecos y autoalabanzas,
en tu galería de halagos ¿dónde cabe el otro?
Las risas que desdeñas, el dolor que no lees,
naufragan en el estruendo de tu monólogo.

Mas el viento de la sierra sopla sin pergamino,
y derrumba castillos de retórica vacía.
Mientras ciñes tu frente con hojas marchitas,
el arte—ancestral y libre—sigue bebiendo
de otras fuentes que no llevan tu nombre escrito.

Y cuando creas que tu nombre es eterno en el cobre,
un silencio te juzgará...
y el olvido será tu postre.
Desciende de ese monte de selfies dorados,
con las manos manchadas de tiza,
que el arte verdadero no nace de diplomas,
ni de títulos fríos.

Nace del latido honesto,
de las grietas del alma.
Y a veces —solo a veces—
queda en pie un gesto compartido.
Lo demás es eco muerto...
y verso podrido.

AUTOR: METACRAK
DECLAMACIÓN: METACRAK
Todos los derechos del autor reservados (©)
Registro de la Propiedad Intelectual
2025

poema

TU MISTERIO, DE MUJER

Tu boca, Rosa en Flor, de mis Amaneceres, jugará la misión de ser ese terminal eterno, donde mis labios depositen la Ternura y Caricia, potenciada de mis besos.
Recorro tu cuerpo sigilosamente, tu epidermis en flor, niña amada, va dejando a mi paso, placer, deseo, antojos, y anhelos fogosos, sobre tu piel.
Tus piernas, son columnas Sublimes de sujeción, base de la estructura de esa Mujer Pasional Y Ardiente, hechicera encantada que brinda en ellas el oasis donde abreve mi sed de Locura y Sexo, libre, frenético, impetuoso, sin limites, embebido en ese epidérmico espasmo tuyo que corone junto al mio un sello unificante, y del cual mis labios, tomaran su sabor, dejándolo depositado como un blasón, sobre mis comisuras por siempre.
Mueren las palabras en mis labios, mas tu corazón en resonancia con el mío, en su secreto lenguaje e interpretación descifra su contenido.

PLATINO
[email protected]

poema

Narcoestado

Las vallas utilizaron
en palacio los inquietos
jóvenes y con sus retos
pintura blanca tomaron
de modo que rotularon
al rubro un: "Narcoestado";
esto es lo que se ha ganado
Claudia la que no respeta
a la Generación "Zeta"
pensante que ha despreciado.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 14 de noviembre del 2025
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)

poema

mentalidad

cuando te hablo me hablas cuando te beso me besas
y cuando no te escucho las palabras mueren en vos
una por una si en la oscuridad el siglo hoy
esta mañana grita la infelicidad
que el resto de la sociedad
no gritara atados por fin a la anormalidad

poema

TE QUIERO MUJER, TE QUIERO

TE QUIERO MUJER, TE QUIERO

Te quiero, mujer hecha
serena, absurda o loca
diciéndote y desdiciéndote.
Con la risa puesta en los pezones
la ternura en los senos, el deseo en el vientre
hincando el placer en el hueco, que
una diosa atravesó bajo su monte.
Con la ira entre los dientes.
Cabalgando desnuda la belleza
de una fiera enjaulada en su propio cuerpo.
Te quiero mujer errática y frívola
verdad, mentira
simple o complicada
acomplejada sin sentido
sintiéndote hasta la médula
del último hueso de tu coxis.
En tu despertar desarbolado
de barca sin rumbo y timón roto.
Pechos alzados o caídos
admirados siempre
dadores de placer y vida.
En la vorágine de tus dudas
reproches y gritos
contra la vida o a favor de ella.
Te quiero mujer
desde el abismo de lo prohibido
de mi condena anunciada
de mi infierno presto.
Noches locas de atormentada luna.
Desde el desatino, el llanto y el desprecio.
Cargando la mochila del
amargo desamor, el frío de la soledad
o el fuego pasional sin permiso
del que no me arrepiento.
Con todo, pese a todo y por todo
te quiero mujer, te quiero.

mabel escribano©
imagen: google

poema

VIVER (VIVIR)

No lo llamo yo vivir
el hecho de percibir
por mis venas el latido;
ya que son las emociones,
los logros y decepciones
por lo que tiene sentido.

Confieso pues que me aterra
mi paso por esta tierra
sin sentir pena ni gloria;
porque si al mundo venimos
aun sin quererlo asumimos
toda nuestra trayectoria.

Cuando sople el temporal
que no merme la moral
ni te de miedo al oleaje;
que si te das por vencido
habrás sin duda perdido
por la falta de coraje.

Que pasa raudo la vida
y como en toda partida
en la que existe el azar;
hay reglas a qué atenerte
y es importante la suerte
pero has de saber jugar.

poema

No querer decirlo y ya haberlo dicho (implícitos de la memoria)

Siempre hay otras palabras detrás de cada palabra,
en un no dicho que se inmiscuye sin haberlo llamado,
el eco de un silencio que se despierta sin previo aviso,
voces remanescentes de un pasado que se prontifica.

Aquella revelada inconsciencia esperando por su vez,
auspiciada por una ahora incontrolable voz polifónica,
una puerta entreabierta que niega su nada a declarar,
cuando el mensajero desconoce su propio mensaje.

Cuando la callada sentencia no dicta ya más la culpa,
la palabra adormecida siempre encuentra un camino,
entre las señales ocultas de una disfrazada letargia,
de una obligada parada porque el tiempo es cíclico.

Son todas las idas y las vueltas de una palabra errante,
en un sentido sin más consentimiento que la memoria,
evocadora resonancia del pasado que nunca duerme,
de un instante en que todos los tiempos son uno solo.

JIJCL, 29 de noviembre de 2025.

poema

EL DESTINO DEL VIENTO

EL DESTINO DEL VIENTO
Parado en la esquina
el viento, mira las ramas
del árbol azul.
No quiere hacer caer
sus hermosas hojas
y aun así... algo le incita
a volar soplando
con el fin de deshacer su belleza.
Lamenta su inevitable destino
mientras con desaforada fuerza...
sale de su esquina y sopla.
mabel escribano
imagen: google